Crónica extraida de http://www.metal4all.net/
En esta ocasión, además, los dos redactores que firmamos esta crónica íbamos doblemente interesados y esperanzados, y la razón no era otra que ver a los Babylon Rockets, una vez más, en directo. Estamos hablando de una de las bandas punteras del resurgir del rock nacional, especialmente si hablamos de acudir a conciertos. Te puede gustar su música o no, pero lo que te puedo asegurar es que fliparás viéndolos en vivo, pues tienen uno de los directos más estruendosos de la geografía nacional, habiendo adquirido las tablas suficientes para convertir cada bolo en una fiesta.
Llegamos pasada la medianoche al local que, como siempre, nos acoge tan amigablemente para estas cosas del rock and roll, el Durango Club de Meliana al mando de Javi Ramone. Nos dio tiempo a saludar a algunos conocidos y tomarnos una cerveza antes de ver a los valencianos ocupar sus posiciones en el escenario, así que rápidamente adelantamos nuestra posición y nos acercamos a las primeras filas para disfrutar de una de las descargas más eléctricas que hoy se pueden ver en España.
Con un look más roquero si cabe, patillones al canto, botas y micro decorado al más puro estilo Steven Tyler, salieron a comerse a la audiencia y empezando por recordar temas de su álbum debut “Conspiracity”, casos de la poderosa “Sell my soul” o la rítmica “Take a ride”, pero para alegría propia pudimos comprobar en persona que la maquinaria sigue girando y nos presentaron muchos temas nuevos, que esperemos que puedan desembocar en un segundo larga duración, pues ya tenemos ganas de tener en nuestras manos el nuevo material.
La parte central de la actuación la dedicaron a presentarnos todas esas nuevas canciones cargadas de rock and roll, con Kike y Celio imponiendo un fuerte ritmo en las bases, Rafa jugando con su guitarra y Dani haciéndose el dueño y señor del show. Y es que hay que ver las tablas que ha cogido este vocalista en el último año, pasando de ser una notoria presencia a convertirse en un auténtico frontman, capaz de aglutinar las miradas del público y de hacer que se diviertan contigo. Caso aparte merecen Eloy con la guitarra solista, siempre moviéndose, acercándose al borde de las tablas, gritando al micro para buscar la compañía de los que movían sus pies un metro más abajo; y Kilo Suzuki Samurai, una auténtica bestia del escenario que, al mando de sus dos teclados, sabía mejorar cada uno de los cortes interpretados a la vez que daba espectáculo, llegando incluso a subirse encima de su piano.
Acercándose al final llegó la tradicional versión del “Brown sugar” de los Rolling Stones. El año pasado la vimos cantada por Dani y el vocalista de The Last Vegas, pero este año le tocó el turno a Dave Roach que, como siempre amigable, se prestó a compartir tablas con los locales, dejándonos una versión más festiva y cachonda que bien interpretada, pero casi podría asegurar que ese era el objetivo.
La sala presentaba una gran entrada y estaba totalmente entregada al combo valenciano que, una vez mas, estaba dando una actuación sobresaliente. Además, para fin de fiesta se habían guardado mi canción favorita “I don’t need an alarm clock”, que en esta ocasión sonó más fiera que nunca, con los ánimas totalmente desbordados, Eloy bajando de la tarima para compartir suelo con los asistentes, Rafa deleitándonos con el slide y Suzuki dando muestras incansables del gran trabajo que hace para el conjunto del sonido de la banda. Como punto final Dani nos anunciaba que había que mover el culo y bailar al ritmo de “Can’t stop”, uno de los temas más marchosos de su primer disco, que terminó por convencer a la totalidad de los asistentes.
Os insisto mucho en esta banda porque si os gusto la música en vivo, las bandas de rock, la actitud, la calidad musical y la fiesta, no debéis dejarlos pasar cerca de vuestra ciudad sin verlos. ¡Jamás os lo perdonareis!
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