Reseñas: "Conspìracity por Marco Antonio Romero (cuanto y porque tanto)"

Supongo que será una cuestión de cítricos o paella pero no sé qué tiene Valencia para que algunas de las mejores bandas de hard rock de la península provengan del Levante. Si Uzzhuaia son acojonantes y Sweet Little Sister una debilidad personal, para completar la triada de formaciones notables de la zona, aquí tenemos a Babylon Rockets. Este quinteto se formó hace un par de años, si bien sus componentes no son recién llegados sino que poseen un bagaje más o menos importante en otros conjuntos. “Conspiracity” es el fruto de esta primera etapa, un disco grabado en España pero que se masterizó en Australia, Sydney más concretamente, por Steve Smart. Sin ser nada excepcional, la producción y mezcla cumple con creces las expectativas depositadas. Por ello, hay que analizar las nueve canciones incluidas para valorar qué nos ofrecen estos tíos.



La sensación general es muy positiva. Siempre que me toca reseñar un grupo de hard rock intento hacer un par de escuchas completas y luego individualizar los temas porque, en ocasiones, al ser una música que entra fácil, me llevo sorpresas. Lo que más me ha gustado de “Conspiracity” es que toca todos los palos del género sin necesidad de decantarse por ninguno. En ese sentido, es un álbum total a lo “Apettitte for destruction” de Guns N´ Roses. Lógicamente, esto son palabras mayores y salvo en algunos intentos de Dany por utilizar registros a lo Axl nada tiene que ver, pero sí que se percibe que Babylon Rockets se atreven con todo.

Para que podéis captar esta percepción, os propongo que escuchéis “Show world”. Para mí, es su “It´s so easy” particular. En nada se parecen pero el espíritu rebelde del punk está presente en ambas. Precisamente, “Show world” supone la que, para mí, es la división principal de “Conspiracity”. La primera mitad es más rock and roll, con una atmósfera más sementera pero, a la vez, más cercana a bandas como Hellacopters o Backyard Babies de su primera etapa. Los cortes recogidos en el comienzo del disco son buenos pero donde da el estirón es a partir de “Once again”.

Los ramalazos sleazy y de la segunda parte de los ochenta surgen por todas partes, ya sea en forma de los hijos de AC/DC (“Once again”), de canciones pegadizas, con órgano de fondo y multitud de coros, cantanda por Dany en pura tradición de Los Angeles (“Sweet drama queen”) o ese inicio de bajo y steel guitar en la genial “I don´t need an alarm clock” que me recuerda horrores al “Gimme´ no lip” de los tejanos Dangerous Toys. Para concluir, nos regalan el medio tiempo, “Just my girl”, otra pequeña joya que redondea un gran debut. Casi estoy por pensar que España es la meca del hard rock en este siglo XXI. Me cuesta encontrar un país con tantas bandas magníficas. Babylon Rockets es otra más para la colección. Sobresaliente.

Reseña extraida de www.cuantoyporquetanto.com

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